James Clear es un autor y orador especializado en hábitos, toma de decisiones y mejora continua. Es el autor más vendido del New York Times con su libro Atomic Habits, un libro que ha vendido más de 5 millones de copias en todo el mundo y ha sido traducido a más de 50 idiomas.
Ahora bien, las 3 ideas clave que nos llevamos del libro es: entender qué viene antes que el deseo; todos los hábitos se basan en 4 procesos; y cómo hacer que uno siga sus nuevos hábitos.

La primera clave explica que el deseo surge cuando le damos significado a una señal. Si tenemos un porqué que sea muy grande puede superar cualquier cómo. Si nuestra motivación y deseo son lo suficientemente grandes, lo haremos incluso cuando sea difícil. Un gran deseo puede conducir a una gran acción, incluso cuando el conflicto es grande.
La motivación y la disciplina significan más que inteligencia porque te alientan a tomar acción y te permiten avanzar. Para hacer algo, primero debemos desarrollar un deseo. Las apelaciones emocionales suelen ser más efectivas que las apelaciones racionales. Nuestros pensamientos y acciones se basan en lo que encontramos atractivo y no necesariamente en lo lógico.
Las emociones vienen antes y después de la acción. Los sentimientos nos motivan a hacer algo. La recompensa nos enseña a repetir la acción en el futuro:
Señal > Deseo (sentimiento) > Respuesta > Recompensa (sentimiento).
La forma en que nos sentimos afecta nuestro comportamiento, y la forma en que nos comportamos afecta la forma en que nos sentimos.
El deseo y el placer son dos cosas que motivan a una persona. Si no es deseable, no tenemos ninguna razón para hacerlo. El deseo y el anhelo son los que inician un comportamiento. Pero si no nos gusta, no tenemos por qué repetirlo. El placer y la satisfacción son lo que apoyan una conducta. Los sentimientos de motivación nos empujan a hacer algo. La sensación de éxito nos hace repetirlo.
La segunda clave nos dice que todos los hábitos se basan en cuatro pasos: la señal, el deseo, la respuesta y la recompensa.
Por ejemplo, consideremos el hábito de mirar nuestros celulares. Estamos trabajando y nos sentimos con la necesidad de distraernos porque no estamos disfrutando lo que estamos haciendo. Cuando sentimos esto, deseamos salirnos de nuestro inconfort, y hacer algo que nos distraiga, que en este caso puede ser el celular.
Cuando hacemos esto conseguimos una recompensa, encontramos algo que no distraiga, algo que nos gusta hacer. Pero al hacer esto, hemos asociado el sentimiento de incomodidad o de aburrimiento con sacar el celular. Y combinamos el acto de sacar el celular con una recompensa, y con ello hacemos que se haga una conexión más fuerte.
Una vez que entendamos esto, veremos que la clave es encontrar las señales que nos hacen caer a nuestros hábitos y reemplazar el hábito que no queremos con el que queremos aumentar.
Por último, la última clave para cambiar tus hábitos según el autor dice que existen 4 leyes que rigen la creación y transformación de los hábitos, y cada una de ellas está asociada a los 4 pasos que mencionamos anteriormente. Primero hay que hacer que el nuevo hábito que queremos implementar en nuestras vidas sea obvio y que sea fácil. Por ejemplo, si queremos hacer ejercicio cuando acabamos de trabajar o de estudiar, hay que tener a la vista nuestra ropa deportiva, que esté a la mano para que se nos haga fácil después para hacer la acción. O, si queremos empezar a comer más fruta hay que ponerla más a la vista en el refrigerador, que sea lo primero que veamos para que nos den ganas de comernos esa fruta.
Primero hay que hacer que el nuevo hábito que queremos implementar en nuestras vidas sea obvio y que sea fácil.
El siguiente paso es hacer el hábito atractivo, por ejemplo, hay que empezar con comer la fruta que más nos guste; al principio es mejor concentrarnos en que podamos hacer el hábito y no que sea el mejor hábito posible. Ya cuando comamos nuestra fruta favorita sin pensarlo, empezaremos a agregar frutas o verduras a nuestra comida que no sean tanto de nuestro agrado para formar el hábito.
Otro paso para formar un hábito nuevo es que sea satisfactorio, por ejemplo, si queremos ir al gym y desde antes ya estamos pensando que va estar cansado o que nos dolerá el cuerpo, ya estamos asociando ir al gimnasio con el dolor o el cansancio. Pero si empezamos hacer un poco de deporte cada día, y lo vamos aumentando poco a poco en nuestra rutina, nos daremos cuenta que estamos haciendo todo lo que queremos y más.
Y por último, crear un hábito de autoevaluación, cada semana hay que checar con nosotros el avance que hemos hecho, es bueno escribir lo que hemos alcanzado y lo que no, por qué sí y por qué no, y poner todo lo que hemos conseguido. Al hacer esto, estamos creando una imagen de que somos una persona que sí sigue los hábitos que nos proponemos y con el tiempo se nos hará más fácil seguir nuestros hábitos nuevos.
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