Uno de los principales diferenciadores entre una persona que está en condición de pobreza y una que no lo está, tiene que ver con el acceso al crédito. Este representa una herramienta financiera que, si se usa de manera inteligente, le permite a las personas mejorar su capacidad de compra, haciendo que mejoren sus condiciones de vida. Es básicamente un préstamo que te venden los bancos para cubrir ciertos gastos o incluso hasta para invertir.
En la actualidad muchas personas en el mundo tienen acceso a créditos bancarios, y más ahora con el boom de las fintech, lo cual ha hecho que tener un crédito se vuelva más fácil. Sin embargo, estos créditos no toman en cuenta a una población que probablemente es la que más necesita de un crédito bancario: a las personas en pobreza.

Los bancos prestan dinero a quienes tienen la certeza de que se lo devolverán.
Para estar seguros de esto, realizan estudios socioeconómicos, entrevistas, etc. Por otro lado, los bancos cuentan con plazos muy rígidos que, ante cualquier retraso, tu deuda aumenta considerablemente. Estos plazos son establecidos a manera de incentivos perversos para que las personas paguen.
¿Qué pasaría si una persona en condición de pobreza va a un banco a pedir un préstamo que le permita construir su casa o comprar capital para iniciar un micro negocio? Probablemente le negarían el préstamo ya que este tipo de personas, para los bancos convencionales, son consideradas “not creditworthy”.
El Banco Grameen:
Ante esta problemática, el economista indio y Premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, vio una oportunidad para retar la lógica de los bancos convencionales y decidió crear el Banco Grameen (el banco de la aldea, que es el significado en español de Grameen) en la India, el cual otorga microcréditos a personas en condición de pobreza a tasas de interés bajas y con plazos flexibles.
Yunus se llevó una sorpresa ya que, conforme se otorgaban préstamos a las y los pobres, se dio cuenta que cumplían con sus pagos y que, sobre todo, lograban mejorar su condición de pobreza. Estos microcréditos representaban un pequeño empujón que necesitaban para mejorar sus realidades.
Rápidamente, el Banco Grameen se convirtió en una plataforma que, a través del financiamiento accesible, las personas en pobreza podían tener acceso a una mejor alimentación, mejorar su salud y hacer que sus hijos e hijas tuvieran más y mejores oportunidades educativas.
Actualmente, el Banco Grameen ha contribuido significativamente en la reducción de la pobreza en la India, así como en el empoderamiento femenino de este país, pues más del 90% de los préstamos que emite el banco son destinados a mujeres en situación de pobreza.
A la fecha, este modelo se ha replicado en más de 2,500 lugares alrededor del mundo, buscando erradicar la pobreza a través del financiamiento accesible e inclusivo.
Referencias:
Yunus, M. y Weber, K. (2010). Building Social Business: The New Kind of Capitalism that Serves Humanity’s Most Pressing Needs. New York: Public Affairs.