Kazajistán: proceso democrático inconcluso

February 7, 2022
#Internacional

Lo que comenzó como una pequeña protesta el primer día del 2022 se transformó en una protesta masiva en un país del tamaño de Europa Occidental, Kazajistán. Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, Asia Central se quebró en cinco países: Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Los cinco tienen procesos de democratización inconclusos, con regímenes que se han inclinado hacia el autoritarismo.

Un acaudalado país de Asia Central, Kazajistán es el más rico de la región con cuantiosos yacimientos de petróleo, gas natural y minerales. El problema reside (como en muchos otros países en la actualidad) en la desigualdad socioeconómica y la corrupción. Mientras el promedio de la población de 19 millones de kazakos percibe 600 USD al mes, 162 personas poseen la mitad de la riqueza del país. La oligarquía se ha beneficiado del sistema clientelista y autoritario.

El personaje que encabeza este sistema es Nursultan Nazerbayev. Por más de 30 años ha acaparado el poder político del país alrededor de su persona, aunque en inicio fue popular por alcanzar un destacado crecimiento económico para su país y mantener la estabilidad política, los kazakos ahora demandan un cambio.

En 2019 Nazerbayev decide retirarse, sin embargo, su sucesor Kassym-Jomart Tokayev es meramente nominal ya que Nazerbayev continúa como una figura predominante en la vida política de Kazajstán.  El cambio esperado no llegó con la administración de Tokayev, la corrupción y una latente desigualdad económica siguen formando parte de la escena cotidiana, este último aspecto se exacerbó enormemente con la pandemia.

Cuando los kazakos despertaron el 1 de enero de 2022 y atestiguaron que los precios de la gasolina aumentaron al doble respecto al día anterior, el creciente descontento popular se trasladó a las calles. Si bien las protestas empezaron de manera pacífica en una pequeña ciudad del occidente del país, las manifestaciones se multiplicaron en todo el territorio en cuestión de días.

Revertir el aumento en los precios de la gasolina resultó ser insuficiente para Tokayev, las protestas, unidas bajo el grito “¡Viejo, vete!”, ahora dirigían su malestar hacia la corrupción, la desigualdad y exigían el fin del régimen panóptico de Nazervayeb. Tras la violencia en la ciudad de Almaty, la más poblada de Kazajistán, donde los disturbios culminaron con el incendio de las oficinas del gobierno.

Tokayeb atribuyó estas acciones a “terroristas” y ordenó disparar a muerte sin advertencia a los manifestantes. Aún rebasado por la situación, el presidente kazako solicitó la intervención de más de 2000 elementos militares de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO por sus siglas en inglés) liderada por Rusia y a la que también pertenecen Bielorrusia, Armenia, Kirguistán y Tayikistán.

En una semana volvió la calma y los refuerzos regresaron a su país, el resultado fue 220 muertes, entre ellas 19 fueron de cuerpos de seguridad, y más de 12 mil detenciones. El ganador de esta serie de sucesos ha sido Tokayev, quién ha consolidado su poder vis-a-vis su predecesor al formar un nuevo gabinete y designando un nuevo primer ministro. Los resultados de las reformas emprendidas por el gobierno (mayor recaudación fiscal para los más ricos, entre otras cuotas) para redistribuir la riqueza aún están por verse.

Un segundo ganador es Rusia, que aprovechó la oportunidad para reafirmar su esfera de influencia en la región de las exrepúblicas soviéticas del Asia Central, en un hecho poco común, donde fuerzas extranjeras intervienen en la restauración del orden en protestas domésticas. La rápida resolución en este escenario también beneficia al gigante euroasiático que se ha dispuesto a vigorizar el frente occidental con Ucrania y la OTAN movilizando más de diez mil elementos.