En los últimos años hemos presenciado una ola de populismos en diferentes países del mundo. En México, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, República Checa, Hungría, India, Israel, Polonia, Eslovaquia y Turquía. Líderes carismáticos, con soluciones fáciles y altamente populares han tomado el poder presentándose como la mejor alternativa para sus respectivos países.
Este tipo de personajes se caracterizan por algo muy importante: son outsiders, es decir, políticos “antisistema”, que dicen representar la voz y la voluntad del “pueblo sabio”, pues provienen de ahí. Son personas comunes y corrientes; no pertenecen a la elite y las clases privilegiadas de la sociedad.
Pero, ¿cómo empezó todo esto?, ¿cómo fue que la democracia pasó de ser un espacio en donde gobernaban un grupo pequeño de personas (hombres) privilegiadas, a uno en donde podían participar todos (y después todas), sin importar que no fueras parte de la elite?
De esto trata el libro de esta semana, Common Sense: A Political History, de la historiadora estadounidense, Sophia Rosenfeld.
Este libro es una magnifica obra que te permite entender el origen de la democracia moderna y algunos de sus vicios como lo es el populismo.
¿Para ti, qué es el sentido común?
Tal vez, sea saber que si llueve y te sales a la calle sin sombrilla, te vas a mojar; saber que 2 + 2 son siempre 4, y así, muchos otros ejemplos sobre el sentido común.
Podríamos decir que es esa capacidad de “saber cosas”, sin la necesidad que haya alguna teoría y/o una compleja explicación que nos permita entender el “porqué”, y que (muy importante) se va desarrollando mientras más experiencias en la vida cotidiana tenemos.
Esta capacidad de “saber cosas”, que se desarrolla en la vida cotidiana (sentido común), hizo que, poco a poco, la democracia (y la política en general) se convirtiera en un espacio en donde no solo todos podían participar, sino que, para que esta funcionara, era importante que todos debían participar.
Sophia Rosenfeld nos narra cómo fue que en Europa occidental (principalmente, Reino Unido) se fue desarrollando este “empoderamiento” de la gente común, que poco a poco entendió que podían influir en que las circunstancias cambiaran a través de la movilización y discusión públicas.
Toda la escenografía que nos presenta Rosenfeld se desenvuelve en el Siglo 18, el siglo de la ilustración y de gran efervescencia intelectual. Dentro de este contexto, es importante entender el boom de los periódicos, los clubes de café (Inglaterra), los salones (Francia), lo cual, en conjunto, fue haciendo que el conocimiento y la discusión estuviera cada vez más accesible para quien estuviera interesado con lo que pasaba a su alrededor, sin importar su estatus social.
Fue así como se dió este “empoderamiento” que desembocaría en la independencia de Estados Unidos (1776) y la Revolución Francesa (1789).
“We have it in our power to begin the world over again.” — Thomas Paine, Common Sense
El primer experimento del sentido común como forma de llegar al poder, y ejercerlo, ocurrió en Estados Unidos, en la ciudad de Filadelfia, en donde se firmó la Declaración de la Independencia y la Constitución en 1776.
Todo esto fue gracias a la influencia del émigré inglés, Thomas Paine, quien redactó un panfleto titulado Common Sense; addressed to the Inhabitants of America, el cual se convirtió rápidamente en un bestseller.
A través de las ideas contenidas en este panfleto, la sociedad de Filadelfia se empoderó y entendió que un territorio como America no podía ser colonia de una pequeña isla como Inglaterra; simplemente no hacía sentido (común). Fue así como comenzó el proceso de Independencia de Estados Unidos.
Básicamente, nació la primera democracia moderna, como las que surgirían después en todo el mundo. Esto significó que el poder podía surgir del pueblo, y ya no solamente de la elite y/o por designio de Dios. Esto era dictado por el sentido común, porque, ¿por qué debería de ser de diferente manera?, si el pueblo cuenta con un nivel de sabiduría suficiente para entender qué es lo que necesita su comunidad, ¿por qué no debería participar activamente en la política?
Este sentido común hizo que hombres sin dinero, y después afro descendientes y mujeres, comenzaran a participar en la política.
Todo esto hace sentido. Sin duda, todos y todas debemos participar activamente en la democracia y la política. Sin embargo, ¿qué pasa cuando este tipo de participación se convierte en populismo? Sí, podemos y debemos participar todos y todas, pero ¿qué pasa con quien llega a un puesto público sin tener la capacidad intelectual y sin cualidades personales que validen su perfil para ejercer ese puesto, y que solo llegó ahí ofreciendo soluciones simples e irrealizables de una manera endulzante, con tal de ganar y tener poder?
Rosenfeld aborda este problema (el del populismo), el cual existe desde los comienzos de la democracia en Estados Unidos y que sigue hasta nuestros días, ahora, tal vez, con más moda por los fracasos de las democracias por salvaguardar los derechos e intereses de las clases más desfavorecidas.
Es un libro fascinante con el que entiendes mejor el funcionamiento de las democracias modernas en el mundo, a través de este concepto un poco inusual, el sentido común.
En el Siglo 18, el que el poder se democratizara a hombres sin dinero y después a afro descendientes y mujeres, era el sentido común que dictaba el funcionamiento de la democracia para ese entonces y para el futuro. ¿Qué sentido común (en la sociedad en general) tenemos actualmente? Si tenemos uno nuevo, ¿qué nos sugiere para hoy y para el futuro?
Vivimos en una sociedad en donde parece ser que el sentido común es la desigualdad y la explotación (de los humanos y los ecosistemas), el cual puede resumirse en la palabra capitalismo. ¿Cómo construimos un nuevo sentido común, en donde haya justicia, equidad y respeto por la naturaleza? ¿Qué nombre recibiría este nuevo sentido común? ¿Socialismo?