Mujeres y migrantes

March 8, 2022
Politics 
Spanish

En el mundo, las personas están en movimiento, migran para buscar mejores oportunidades, para buscar condiciones de vida dignas, o para escapar de la inseguridad y de las amenazas que atentan contra su vida. Las mujeres representan casi la mitad de las 244 millones de personas migrantes y la mitad de las 19,6 millones de personas refugiadas del mundo.

Las mujeres migrantes en México son altamente vulnerables a situaciones de violencia por su condición de género, de extranjeras y, en su caso, de migrantes irregulares. La violencia de género que sufren las mujeres migrantes en el país de origen y en tránsito por México se constituye en vulnerabilidad y barreras para el acceso a derechos como: servicios de salud, acceso a la justicia, asesoría jurídica, empleos dignos y vivienda.

En su trayecto desde su país de origen hasta un país de destino las mujeres migrantes están sujetas a sufrir múltiples violencias, con mayor énfasis tratándose de tipo sexual y psicológica; Y que lastimosamente en la mayoría de los casos, tratándose de  principalmente de centroamericanas,  vienen huyendo de estas mismas violencias.

La vida de las mujeres en movilidad está en riesgo constante, un ejemplo de ello es la gran cantidad de ellas que viajan embarazadas, pues su salud suele descuidarse por las dificultades del camino, la falta de atención médica y la falta de buena alimentación. Lo anterior se puede respaldar en los informes de las Naciones Unidas, en donde se señalan que el 60 por ciento de las muertes maternas que podrían evitarse tienen lugar en entornos humanitarios.

Existen casos en los que mujeres embarazadas sufren accidentes que les han causado un aborto y por lo tanto pone en riesgo su vida por el difícil acceso a los servicios de salud que va ligado al temor de acercarse a las instituciones y ser criminalizadas, estos accidentes se dan por los caminos riesgosos que tienen que recorrer en su viaje para no ser detenida por las autoridades migratorias.

Además, con la llegada de personas de nacionalidad haitiana a México se visibilizó la enorme deficiencia para garantizar el derecho a una intérprete que auxilie en la comunicación de las personas que hablan otro idioma, como es el caso de las personas haitianas que hablan francés, creole o lengua criolla con instancias que den asistencia humanitaria, instituciones como el Instituto Nacional de migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), además de las impartidoras de justicia.

Esta problemática pone en desventaja a un gran número de mujeres haitianas que no tienen conocimiento de otro idioma que les permita comunicar sus necesidades e inquietudes respecto de su situación y que en muchos casos dependen de la comunicación que tienen sus parejas hombres en los diferentes espacios que brindan ayuda o atención, pues en su mayoría ellos son quienes hablan español o al menos un poco de este idioma.

Respecto de las mujeres que son reconocidas como sujetas de protección internacional, hay casos en los que son víctimas de algún delito en razón de género y se les siguen poniendo barreras en el acceso a la justicia en razón de su nacionalidad e incluso reciben malos tratos por parte de las instituciones que llegan a revictimizarlas y culpabilizarlas por lo que les sucedió, aduciendo que ellas debieron hacer algo para provocarlo.

La migración causa mucha controversia en los distintos países de destino y de ahí deviene un constante rechazo por parte de la sociedad, esto hace que se pierda de vista las razones que originan la migración, los riesgos que implica y las necesidades, y sobre todo la situación grave de doble vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres migrantes, pues esta debe ser atendida con acciones efectivas que atiendan a sus necesidades y que garanticen sus derechos.

Las mujeres cumplen un papel fundamental en el cuidado, el sostén y la reconstrucción de sus comunidades, además de que constituyen altos índices de participación en la fuerza laboral de los distintos países de tránsito y destino, sin embargo, las necesidades de las mujeres refugiadas y migrantes no suelen ser tomadas en cuenta en las políticas para atender a las migraciones, por encontrarse totalmente invisibilizadas.

Es por eso que los gobiernos deben contar con estrategias de atención que procuren a las migraciones y velen por el respeto y la garantía de los derechos humanos, pero sobre todo que sean capaces de dar una atención especializada hacía las mujeres que son víctimas de violencia en su trayecto y en su estancia en el país, trabajando desde la empatía y se promueva la no revictimización.