¿Qué es el socialismo? Seguramente al leer y escuchar esta palabra, automáticamente piensas en Cuba, Venezuela y Corea del Norte, lo cual hace que de inmediato estés en contra… pero, ¿realmente eso es un sistema socialista?, ¿o son sistemas autoritarios que, detrás de un discurso de igualdad y socialismo, buscan concentrar el poder en una clase gobernante que está a expensas de una población que, si bien tiene el mismo nivel de vida, sufre de una represión constante que viola sus derechos humanos?
Un debate que merece la pena retomar…
Si existe algo en torno al debate capitalismo vs socialismo es confusión y es por eso que vale la pena interesarse, dado que representa una alternativa para transitar hacia un modelo económico más humano y sostenible ya que, el actual sistema capitalista ha demostrado que pone el peligro la supervivencia de los humanos y la vida funcional en la Tierra.
Es por eso que, en esta ocasión les hablaré sobre nuestro libro de la semana, que fue “¡Viva el socialismo!” del economista francés, Thomas Piketty, el cual pone sobre la mesa el debate del que les hablo.
A diferencia de la mayoría de sus libros (que son muy extensos), este es un libro pequeño y muy efectivo, lo cual hace que se pueda leer de manera muy ágil, aprendiendo los principales argumentos de Piketty, sin tener que leer las miles de páginas de sus otros libros.
Un sistema socialista que sea participativo, descentralizado, federal, democrático, ecológico, mestizo y feminista.
30 años después del colapso de las dictaduras comunistas, que buscaban implantar un “socialismo real” en Europa, Thomas Piketty se encuentra en una batalla que tiene por objetivo derrumbar el actual sistema hipercapitalista y transitar hacia un sistema socialista que sea participativo, descentralizado, federal, democrático, ecológico, mestizo y feminista.
Esto puede ser posible si, primero, entendemos qué es el socialismo, qué implica, etc., y, segundo, comenzamos a tomar decisiones (como sociedad), a través del debate público, la participación ciudadana y las elecciones políticas, que nos conduzcan hacia ese nuevo sistema.
El trabajo de Piketty es de gran importancia debido a que nos prepara con lo primero y nos motiva con lo segundo.
Básicamente, este libro es una llamada a la construcción de un Estado Social, es decir, la transformación de nuestros actuales gobiernos, de tal manera que cambien la lógica con la que han actuado durante los últimos 70 años (con una concentración excesiva en el liberalismo y la propiedad privada) y ahora el enfoque esté en la equidad, igualdad y justicia.
El libro está dividido en 54 artículos (más la introducción) que fueron publicados por Thomas Piketty en Le Monde (diario francés) entre 2016 y 2020. Al final, a través de cada uno de los argumentos que hay en cada artículo, puedes tener una idea muy clara sobre lo que implica transitar hacia este “socialismo participativo”.
Para no tener que hablar sobre los 54 artículos, me gustaría compartirles 3, que pueden ayudarnos a entender mejor sobre lo que contiene este libro. Yo, realmente espero que estos párrafos hagan que se sientan motivadas(os) en adquirir el libro y leerlo de manera completa.
“Por otra globalización” (15 de noviembre de 2016)
En este artículo, Piketty comparte su preocupación por lo que la actual globalización ha generado en el mundo: extrema desigualdad y pobreza, cambio climático, y crisis democráticas y de gobernabilidad.
Dos signos (de cierta forma relacionados) del fracaso de la actual globalización son la crisis financiera de 2008 y la victoria de Donal Trump, dos sucesos que sucedieron en Estados Unidos, un lugar emblemático de la democracia moderna y el capitalismo en el mundo.
Esta globalización se ha caracterizado por tener un enfoque excesivo en el comercio; este se volvió el fin y la sociedad ha girado en torno a la economía desde entonces. Una nueva globalización implicaría que “el comercio (la economía) debe volver a ser lo que nunca debió dejar de ser: un medio para alcanzar metas más altas”.
Piketty cierra este artículo diciendo que una nueva globalización, más que comercio, debe promover un desarrollo sostenible y justo.
“¿Qué reformas para Francia?” (16 de mayo de 2017)
En este artículo, Thomas Piketty habla sobre el proceso de transformación que necesita Francia (¿acaso no, toda Europa?), en el contexto en que el Presidente Emmanuel Macron llegaba al poder y se vislumbraba una oportunidad para reformar a Francia.
Es importante mencionar que todo lo que se menciona en este artículo, puede ser aplicado para cualquier sociedad que quiere transitar hacia un modelo socialista participativo.
Entre los temas que aborda está la educación y la juventud, dos temas que en el discurso suenan mucho y en la práctica son ignorados. Esto ha significado reducciones en las inversiones en educación superior, nivel en el que hay más desigualdades.
Asimismo, está el tema de las instituciones democráticas (europeas), las cuales, por su baja calidad y poca cercanía, ponen en peligro la gobernabilidad y legitimidad de cualquier sociedad. Se necesitan de instituciones democráticas fuertes y cercanas que escuchen y lean la realidad de manera precisa y actúen en consecuencia para evitar que gobiernos populistas lleguen al poder y actúen con irresponsabilidad e ignorancia.
“Amar Europa es cambiarla” (12 de marzo de 2019)
Finalmente, en este artículo Thomas Piketty nos habla sobre el riesgo que corre Europa (y tal vez de cualquier otra región y/o países) de que sus actuales retos se intensifiquen si no cambian sus instituciones y las hacen más democráticas y sensibles ante lo que pasa en la realidad.
Uno de los problemas que actualmente enfrenta Europa es su miedo al cambio (y a perder poder). Según Piketty, este es un gran riesgo en el presente y hacia el futuro de la región, pues se ha enfocado en organizar eficientemente el comercio, ignorando la realidad social.
Esto se ha traducido en plena desconfianza de las personas (sobre todo las que están en los estratos más bajos) hacia las instituciones políticas de Europa. De acuerdo con Piketty, el problema es que las y los gobernantes no se han dado cuenta que “la variable desigualdad” la están ignorando en sus análisis de gobernabilidad.
